Arte para el amor, la paz y la alegría
La escritora y artista Tanya Torres disfruta plenamente de la humanidad

Por Julio César Paredes
El amor es el regocijo por la existencia del otro y el mejor modo de alegrarse es tratar de alegrar al otro. Las historias y sucesos milagrosos que Tanya Torres expone en sus obras no se quedan en el arte, estos fluyen y se conectan en hombres, mujeres y niños de todas las edades, cuya energía se apodera de un simple propósito: hacer el bien en el mundo.
La escritora y artista de ascendencia puertorriqueña asegura crear arte para el amor, la paz y la alegría, porque según ella todos los seres humanos tienen el arte y la creatividad en sus vidas como una forma de expresar más plenamente y disfrutar de la humanidad. Torres piensa que la forma de apreciar una obra de arte y experimentar lo que evoca, ayuda al proceso de crear con la mente, el corazón y las manos todo aquello que necesita de un espacio de alegría y satisfacción, de curación y renovación.
“El arte en Nueva York está en todas partes y el artista puede proyectarse al resto del mundo de muchas maneras, algunas poco convencionales, ya sea en una galería formal o en una feria callejera. Es precisamente la gran diversidad de culturas y la cantidad de gente sensible a las artes y la cultura lo que crea conexiones interesantes y oportunidades únicas”, dice Tanya.
Torres nació en 1969 en Nueva York de padres puertorriqueños. Vivió su niñez en Puerto Rico y regresó a la Gran Manzana a la edad de 15 años. Desde entonces vive y trabaja en Nueva York. Después de obtener una licenciatura en educación artística en el City College, recibió una beca para estudiar su maestría en arte con una especialidad en grabado en la misma institución. Torres también estudió en la Universidad de Puerto Rico y la Universidad de Alcalá de Henares en España.
En el 2000, ella creó el espacio artístico Mixta Galería en El Barrio, East Harlem, comunidad donde vive desde 1997. “Nueva York es un lugar donde se puede encontrar un espacio para todo tipo de arte por su diversidad de culturas, espacios y gente. He tenido la suerte de vivir en El Barrio, donde la comunidad puertorriqueña se estableció por varias décadas y aún quedan instituciones que acogen el arte y la cultura puertorriqueña”, asegura.
“Esto me ha dado una especie de base desde donde me proyecto al resto del mundo. Por ejemplo, el año antepasado estaba exhibiendo mi trabajo en el Festival de Cine de Harlem, que se presenta al aire libre a una cuadra de mi casa. Me invitó Taína Traverso, otra artista puertorriqueña que organiza eventos o apoya a otros en los suyos, como en el caso del festival. Esa tarde vino un señor a ver mis obras y a hacerme preguntas. Me pidió ir a mi taller. Cuando me visitó, resultó ser el director de la Agencia de Turismo de la República Checa en Nueva York y quería verme para preguntarme si me interesaba ir a exhibir mis pinturas a Praga. Al año siguiente viajé allá con mis pinturas, que se exhibieron en el Centro de Congresos de Praga”, agrega.
Entre los trabajos más sobresalientes de Tanya, y los preferidos por muchos son las baldosas y libros, ambos pintados a mano. “Pinto baldosas con una pintura especial que se adhiere a la ceramica común. Todo lo hago en mi taller, donde también hago mosaicos grandes en teselas de vidrio y murales en baldosas, libros y todo lo que se me ocurra explorar en el arte y la artesanía”.
Entre los libros publicados se pueden mencionar Caguana (1994), Laberinto (1995), Bestiario mío (2001), I Can Certainly Survive (2002), Cuerpo de batalla/Battle Body (2004) y Sagrario (2007). También en el 2007 publicó Cuerpo de paz: Repercusiones de la batalla, acerca de la vida después del cáncer. Tres años después presentó el libro hecho a mano Canción de la Magdalena con canciones de Raquel Z. Rivera. Su última obra, una edición de 50 libros en miniatura finalizada en agosto del 2011 y que lleva por título Destellos de Sofía.
“La mayoría de mis libros hechos a mano contienen mis poemas y mis dibujos. Publico también el trabajo de otros poetas y a veces colaboro con artistas de otras disciplinas. Mi primer libro lo hice para Yarisa Colón, una poeta emergente en el 2001 que hoy continua haciendo sus propios libros inspirada por esa experiencia. La mayoría de mis propios libros son miniaturas y normalmente publico ediciones de 21, 50 o 100”.