Poetas Neoberracos por fin se reúnen a leer sus textos y pretestos
Gabriel Jaime Caro (Gajaka)
Cuatro poetas denominados Neoberracos, hacen su apertura de grupo en el recién inaugurado Museo de Queens, este sábado 30 de noviembre. Por fin reunidos los cuatro, aquí en Nueva York:
León Félix Batista, poeta de origen dominicano, que vive ahora allí, y que por muchos años vivió en Brooklyn, autor que ha publicado muchos libros de poesía, “Negro Eterno“, “Tour por Todo“, “Caducidad“, con un estilo en su escritura denominado neobarroco, y ahora neoberraco, felíz evolución, que la comparten los poetas latinoamericanos hasta el cono Sur, y que ha ganado varios premios de poesía en su país. También es traductor de grandes poetas estadounidenses y del Caribe.
Jesús Blas Comas, es un poeta de origen cubano, que vive en New Jersey. Cofundador de la revista ilustrada de poesía, Realidad Aparte, en 1984, junto a Gajaka. Crítico de la música cubana y del jazz latino.
Tiene varios libros inéditos, y maneja la irreverencia con acidez de sofista la poesía latinoamericana aquí y en el resto del continente.
Noel Jardines, es otro poeta de origen cubano, que vive también en New Jersey. Ganador del primer premio de poesía que organizó en Miami, American Express, por su libro “Pan Caníbal“, por allá en los ochentas. También formo parte de los editores de Realidad Aparte. Su estilo neoberraco, vamos a decir, va en el intertexto como romance, cábala, y descripción geométrica, difícil comenzar, pero con resultados asombrosos para la poética.
De mi poesía, todos saben que he publicado mis libros, y los he dado a conocer en Nueva York, desde 1983, cuándo comencé en Ollantay, con el lanzamiento de “21 poemas“, 1983… Hasta hoy en día con “La risa de Demóstenes, rara, II”, 2009.
Precisamente con el lanzamiento de este último libro, L.R.D.D, R,II, en Terraza 7, en Queens, se inicia lo que se llama el Neoberraco en la poesía. Ganando a lectores que compran poesía, y leen todo lo que se haga en escritura poética en nuestros países, única salida de salir de la fácil anécdota de nuestros jóvenes poetas.
