Viaje a un mundo maravilloso
Nestor Cristancho observa la vida tras el lente de su cámara fotográfica sin permitir que su arte lo aleje de la realidad, por el contrario, busca develar verdades ocultas en el complicado conflicto de las comunidades más abandonadas de su país Colombia.
El arte le abre el camino al fotógrafo para aproximarme a los indígenas del Cauca colombiano. “Busco la verdad de la gentes que conozco, quiero resaltar su realidad, retratar la rutina de las comunidades cuestionadas en la defensa de sus terrenos” dice Cristancho.
A finales del verano del 2012, Nestor Cristancho empacó maletas, aseguró su equipo fotográfico, y partió rumbo a Colombia para retratar a los indígenas del Cauca.
Este viaje lleva una misión más profunda, dice Nestor, quien ya hizo una gira por la amazónia colombiana y logró captar la fotografía de una matrona de más de cien años de edad que solo conversa con adolescentes, que busca la compañía de los niños, de gente joven que la rejuvenencen y le alegran sus días.
En mi viaje anterior me acerque a los indígenas, descubrí nuevas facetas, dice Néstor Cristancho. En esta nueva oportunidad le digo adiós a Nueva York, “es un cambio de rumbo, de sitio voy acompañado de una luz y magia muy especial”.
Néstor Cristancho está en Colombia recorre el Cauca, comparte con las gentes, los niños campesinos, los ancianos y las niñas ataviadas con sus coloridas ruanas y sus alegres sonrisas. Todos visten de azul, los colores del agua y el cielo.
El fotógrafo busca su mejor foto, Néstor quiere colaborar con la paz de la sufrida región a través del arte y de su disciplina por el rescate de las comunidades indígenas. Más allá de su interés por la causa indígena, Néstor Cristacho alberga los recuerdos de sus antecesores, indígenas de Cundinamarca, que le enseñaron a conservar el respeto y deseos de vivir en paz.
Néstor nació y creció en Bogotá, Colombia de donde viajó a los Estados Unidos en marzo del 2000, fue en Nueva York, en donde encontró su identidad. “En mi país fue difícil, mi mamá sabe que es indígena, pero hay tanta discriminación que le molesta que la llamen india, le da pena, es algo increíble que solo viviendo en Nueva York, viendo como se mueven las diferentes comunidades, relacione mi ser, mis raíces, la vida de mis abuelos, seres superiores, de profundas enseñanzas”.
Mas de una década viviendo en Nueva York le permitieron a Néstor abrir su horizonte, trabajando de reportero, de fotógrafo comercial y social, de taxista cuando la situación económica le apremia. Ahora recorre los campos y registra el colorido de sus gentes, la humildad de las comunidades y la riqueza cultural que filma y fotografía a diario.
El viaje de Néstor Cristancho abre las puertas al maravilloso mundo indigena colombiano.